miércoles, 22 de julio de 2009

Tan solo

Canción perteneciente al primer disco de Estopa, del mismo nombre.



Dejo aquí la letra:

Me siento tan vivo, pero tan enterrado
ahora estoy huyendo sobre un suelo mojado...
mojado... se parece a tí
Y que no me digan que vuelvo a estar borracho
Sólo estoy dormido sobre el colchón más guarro
Tirado en la calle, cerca de tu barrio

Y ahora se pone a llover...
vuelvo a mi cama de siempre,
pero sigo estando tan solo, tan solo, tan solo, tan solo...
¿Dónde me voy a acoger?
Ahora vuelvo a reaccionar
se me cae el reloj encima
y no puedo aguantar más esta historia de miedo...
¡Apaga la tele ya!

He perdido el rumbo y la noción del tiempo
Un callejón oscuro dibuja un entierro
Se ha muerto la luna, que se calle el viento
Una luz a lo lejos alumbra una figura
que parecía la gloria pero...
sólo era el camión de la basura, haciendo su ruta

Todo sigue igual que ayer
Las mismas caras de siempre,
el mismo llanto que me hizo llorar tanto tiempo...
el mismo tiempo que perder
Parece una eternidad
Nunca acabo esta botella
porque sigue estando el fondo cada vez más lejos...
Siempre vuelvo a vomitar

Y mi casa vuelve a arder
con todos mis trastos dentro, todas mis ilusiones,
toda mi vida vacía de sensaciones
Y aquí se está cayendo el cielo y no tengo adónde ir,
me duermo en cada esquina, están echas para mí
Ahora no te reconozco, no me acuerdo, no sé
Lo siento, no puedo recordarlo todo...

Y aquí se está cayendo el cielo y no tengo adónde ir,
me duermo en cada esquina, están echas para mí
Ahora no te reconozco, no me acuerdo, no sé
Lo siento, no puedo recordarlo todo...

Y ahora se pone a llover, vuelvo a mi cama de siempre...
pero sigo estando tan solo, tan solo, tan solo, tan solo, tan solo, tan solo, tan solo, tan solo...
Y mi casa vuelve a arder, vuelvo a mi calle de siempre...
pero sigo estando tan solo, tan solo, tan solo, tan solo, tan solo, tan solo, tan solo, tan solo...

martes, 21 de julio de 2009

Passing afternoon

Descubrí esta canción en el último capítulo de la cuarta temporada de House, única serie que debería verse obligatoriamente en mi opinión, no sólo por sus extraordinarios diálogos, sino también por la inmejorable selección de su música.

El autor es Sam Bean, cuyo nombre artístico es el de Iron & Wine. El tema pertenece al álbum Our Endless Numbered Days, uno de los más tristes y emocionantes que he escuchado nunca. Recomiendo igualmente la canción Each Coming Night, del mismo disco.



Especialmente inquietante es el último verso de la canción:

A baby sleeps in all our bones, so scared to be alone

La letra de la canción con su traducción es la siguiente:

There are times that walk from you like some passing afternoon
Summer warmed the open window of her honeymoon
And she chose a yard to burn but the ground remembers her
Wooden spoons, her children stir her Bougainvillea blooms

There are things that drift away like our endless, numbered days
Autumn blew the quilt right off the perfect bed she made
And she's chosen to believe in the hymns her mother sings
Sunday pulls its children from their piles of fallen leaves

There are sailing ships that pass all our bodies in the grass
Springtime calls her children 'till she lets them go at last
And she's chosen where to be, though she's lost her wedding ring
Somewhere near her misplaced jar of Bougainvillea seeds

There are things we can't recall, blind as night that finds us all
Winter tucks her children in her fragile china dolls
But my hands remember her, rolling 'round the shaded ferns
Naked arms, her secrets still like songs I'd never learned

There are names across the sea, only now I do believe
Sometimes, with the windows closed, she'll sit and think of me
But she'll mend his tattered clothes and they'll kiss as if they know
A baby sleeps in all our bones, so scared to be alone

TRADUCCIÓN

Hay tiempos que van desde tí, como alguna tarde pasajera
El verano calentó la ventana abierta de su luna de miel
Y ella elige un jardín para quemar pero el suelo la recuerda
Cucharas de madera, sus hijos agitan sus flores de Buganvilia

Hay cosas que se alejan como nuestros inagotables días numerados
El otoño sopló la colcha de la perfecta cama que ella hizo
Y ella ha elegido creer en los himnos que su madre canta
El domingo saca a sus hijos de sus montones de hojas caídas

Hay veleros que pasan sobre nuestros cuerpos en la hierba
La primavera llama a sus hijos hasta que ella les deja ir por fin
Y ella ha elegido dónde estar, aunque ha perdido su anillo de bodas
en algún lugar cerca de su perdido tarro de semillas de Buganvilia

Hay cosas que no podemos recordar, ciegas como la noche que nos encuentra a todos
El invierno mete a sus hijos en sus frágiles muñecas chinas
Pero mis manos se acuerdan de ella, rodando alrededor de los sombreados helechos
Brazos desnudos, sus secretos aún como canciones que nunca aprendí

Hay nombres a través del mar, sólo ahora creo
A veces, con las ventanas cerradas, ella se sienta y piensa en mí
Pero ella remendará sus ajadas ropas y besará como si supiéramos,
Un niño duerme en todos nuestros huesos, tan asustado de estar solo

No diga vergüenza, diga Xerez

Advierto al lector en ésta, mi primera entrada tras la presentación, que el blog tendrá clara inclinación por el deporte en general, fútbol en especial y el Xerez Club Deportivo, club del que soy socio desde hace años, en particular. No quiero monopolizar este blog con temas futboleros (¿qué especie de cateto se inventó eso de futbolístico?) ni xerecistas, pero he dedicado mucho tiempo de mi vida a seguir este deporte y este club, así que, para empezar, esto es lo que hay.

Procuraré, en la medida de lo posible, en lo sucesivo, evitar a usted, estimado lector, engorrosos párrafos de justificación del tema a tratar elegido. Así que, sin más, entremos en materia.

Soy socio del Xerez desde el año 1995 -tengo 21 años, más de la mitad de mi vida siendo asiduo de Chapín, El Palmar, La Juventud, Bahía Sur o donde quiera que nos haya tocado jugar-. Como debería saber cualquier lector interesado en este blog, el Xerez Deportivo ha ascendido a Primera División por primera vez en su historia este pasado verano. Un ascenso que vino a premiar a una afición absolutamente hastiada de presidentes corruptos, escándalos a escala nacional, ascensos inexplicablemente dilapidados y tomaduras de pelo por norma general. Personalmente, había soñado y esperado este momento durante mucho tiempo.

El caso es que, tras la explosión de júbilo obligatoria, el estado de ilusión permanente que debía haberse propagado por la masa xerecista a lo largo de todo el verano se ha convertido en desesperanza, zozobra, desilusión. ¿Cómo es posible que un entrenador que coge a un equipo hundido a las puertas de la Segunda División B (a ocho puntos de la permanencia con diecisiete partidos por dalente, ahí es nada) y es capaz de dejarlo en Primera División como campeón no continúe? ¿Qué clase de inepto es capaz de cometer un error de tal magnitud?

Llevo demasiados años viendo fútbol y al Xerez como para saber que la inmensa mayoría de la gente se conforma con muy poquito. Si el equipo gana, si la pelotita entra, da exactamente igual las tropelías y vergüenzas que se cometan en secretaría, o en la dirección y gestión del club. Y en eso, el llorón-cateto-sinvergüenza de Dos Hermanas tiene mucho que esconder y tapar. Era fácil aprovechar el tirón del ascenso, renovar al entrenador, traer a un par de fichajes ilusionantes y mantener a la gente contenta. Era fácil, claro, si obviamos que no tenemos ni puñetera idea (al menos yo) de lo que realmente se cuece ahí dentro, de quién es realmente el dueño del club, de cuáles son los intereses de los supuestos dirigentes.

El resultado para nosotros, la afición, los encargados de luchar por nuestro club, que no es ni más ni menos que una de las mayores secciones de nuestra dicotomía placer-dolor, es que se fue Esteban Vigo, el hombre del milagro, el principal estimulante del mayor placer experimentado hasta la fecha por un xerecista. En su lugar llega José Angel Ziganda, un tipo cuya experiencia se resume en una salvación inextremis y una destitución tras seis jornadas sin conocer la victoria con un equipo que había acabado cuarto clasificado la temporada anterior a su llegada.

Ocurre que Ziganda, como estimulante de ilusión, no destaca especialmente. Quizá el ansia de la Primera División pudiera sustituir el hiriente cambio de entrenador en el orgullo xerecista, pero, para colmo de males, estamos a 21 de julio, la pretemporada comenzó, y el equipo cuenta con la irrisoria cifra de trece profesionales para encarar tal precampaña. La situación deportiva es lamentable, pero la institucional es realmente paupérrima. Y es que no se puede ser tan torpe, Moralín. Si eres un sinvergüenza de cuidado y pretendes que tus estridentes gilipolleces estén en segundo plano, tienes que ofrecer un clavo al que agarrarse a la gente. Aún así, en Jerez no faltan los chupaculos y estómagos agradecidos que se empeñan en defender al tipo que más daño ha hecho al Xerez en su historia.


Mientras tanto, rumores de fichajes sin concretar, gente agolpándose a las puertas de las oficinas para renovar abonos, protestas por aquí, por las peñas, por la falta de organización, por esto y por lo otro. Humo. Sólo humo. La ilusión, motor al fin y al cabo del fútbol y de la vida, queda abolida del xerecismo. Justo el año que debía rebosar Chapín.

No diga vergüenza, diga Xerez.

Presentación

Bienvenidos a mi blog personal.

Si os preguntáis qué podéis esperar encontrar aquí, ni yo lo sé aún. Pretendo ir explicando mi particular visión de la vida, comentar la actualidad, compartir intereses; ciencias, música, fútbol, literatura y todo lo que pueda aportar.

Espero no decepcionar demasiado y conseguir que al menos alguien quede ligeramente satisfecho con alguno de mis escritos.

Gracias si llegó hasta aquí.